El equipo educativo del Etnográfico
Los museos son parte, sin dudas, de la casa de sueños de la colectividad.
Walter Benjamin
Los museos son espacios de cultura y encuentro. Ambientes propicios para el aprendizaje y el disfrute de todos los públicos. Involucran la curiosidad, la sorpresa, el descubrimiento, la observación, la conversación, todos los sentidos, la puesta en relación de ideas, imágenes y narrativas. Activan y recrean memorias, invitan a la construcción de otros futuros colectivos posibles.
De guías a mediadoras educativas
La palabra guía es parte de las prácticas tradicionales con las que se pensó el lugar de la educación en los museos: una voz autorizada, experta, para brindar información correcta sobre la exhibición y las colecciones. Nosotras preferimos definirnos como facilitadoras de experiencias, que trabajan desde el diálogo. Pensamos en la mediación como una oportunidad para construir puentes entre el patrimonio y los visitantes, sembrar preguntas, compartir conocimientos, y también dudas. A través de nuestras propuestas, trataremos de articular instancias experienciales, lúdicas, de percepción y apropiación estética y emocional de los distintos relatos que el museo pretende comunicar, asociando estas actividades al desarrollo de multiplicidad de ofertas que consideran la heterogeneidad y las distintas necesidades y posibilidades de los/las visitantes.
Apostamos a construir conexiones significativas entre visitantes y patrimonio, desde una perspectiva más compleja y rica que la mera enunciación de certezas. Nuestro compromiso como educadoras es no reproducir actitudes y prácticas sexistas, racistas y discriminatorias.
El museo Etnográfico y Colonial es una institución del Ministerio de Cultura que presta diversos servicios a la comunidad. Es un espacio dedicado a la difusión, educación, investigación y conservación de la cultura material que mediante la exhibición museográfica de sus colecciones, testimonia la presencia humana en nuestra región desde los tiempos más remotos, el contacto hispano-indígena y el período colonial temprano. Durante el año el museo recibe unos 20.000 visitantes, entre los cuales 12.000 son delegaciones escolares de 4to y 5to grado del nivel primario, principalmente
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Los museos no siempre fueron espacios educativos. Marta Dujovne (1995) señala que tanto las escuelas como los museos constituyen dispositivos de la modernidad. Durante el siglo XIX y buena parte del XX -cuando el museo se consolida, afianza y expande-, la lógica institucional giró en torno a las colecciones, y la actividad principal de los museos era la conservación. El gran público era ajeno: los consideraba -y con razón- panteones de reliquias, incómodos, lejanos, solemnes y aburridos. La aristocracia y las clases burguesas, en cambio, los sentían espacios propios y no consideraban la necesidad de abrir sus colecciones fuera del selecto círculo de especialistas, coleccionistas y estudiosos. Las exposiciones tenían como función demostrar y difundir inventos y conocimientos, y producir un doble adiestramiento: del lenguaje y la mirada. Pues la exhibición es ante todo la de una experiencia o percepción del mundo como un orden de cosas desplegado ante la mirada soberana (moderna) del sujeto que lo contempla “a distancia” (González Stephan y Anderson: 2006,11). Hasta ese momento, la estética de los museos era muy barroca: se organizaban las salas con una gran variedad de objetos diversos, formando composiciones con un criterio decorativo que buscaba despertar la emoción y la sorpresa (Alderoqui: 37-38).
Los inicios de la Nueva museología
Finalizada la Segunda Guerra Mundial dio inicio la reconstrucción europea y en ese gran marco se produjo el afianzamiento y universalización de la llamada sociedad de consumo y de la civilización de masas, procesos que impactaron fuertemente en la forma de entender a los museos. Otro aspecto interesante del período es el desarrollo de las industrias culturales y del turismo, y los procesos de rescate de la identidad cultural, como correlato de la descolonización y la independencia política de muchos países.
En este contexto los museos se revelaban con nuevas potencialidades para el cambio social y emergían reconceptualizaciones sustanciales. La nueva museología proponía otras coordenadas para entender el museo y la museología. Si el museo tradicional tenía tres elementos constitutivos: un edificio (continente), una colección de objetos (contenido) y un público, la Nueva Museología viene a proponer un cambio de mirada. Involucra tanto a la estructura básica de la institución museal como a la relación que se construye entre el público (habitante y visitante), el entorno y el museo (Rivière, Hugues de Varine, Pierre Mayrand, Boylan, Peter Davis, Corsane, Bedekar, Su Donghai u Ohara, entre otros).
